Un amor apasionado
Toda mi vida adulta he trabajado para otros, ahora mismo donde estoy el clima laboral es bastante aceptable, pero la empresa es pequeña y no hay a dónde crecer y, aunque he aprendido mucho y ciertamente he aportado mucho también, creo que desde hace un tiempo dejaron de escuchar mis ideas y empecé a sentirme estancada.
Esos
sentimientos y pensamientos negativos fueron creciendo, pero también aparecieron
otros con un run run muy seductor que me decía: Emprende Jane... emprende...vas
a hacer lo que tanto quieres y no va haber un no a tus ideas porque vas a ser
tu propio jefe, trabajarás desde donde quieras, vas a vivir en un sueño
eternamente (mientras me imaginaba en una isla paradisiaca, sentada a la sombra
de una palmera) y así poco a poco la idea me empezó a seducir, pero seducir a
medias, así nada más no me iba a divorciar del trabajo.
Empecé
a tener algunos affairs con emprendimientos, sin tomármelos muy en
serio, algunos eran cosa de una noche y otros duraban un poco más dependiendo
del tiempo que les dedicaba, incluso hay algunos con los que no sé si volver,
dejar ir o seguir con ellos.
Hasta
que llegó el día en el que me enamoré cual quinceañera de alguien que siempre
había estado frente a mis ojos y no había visto, así que ahora estoy en
recuperar el tiempo perdido dedicándole muchas horas y energía,
porque para que cualquier relación funcione bien hay que dedicarle tiempo. Este
emprendimiento me hace creer en el ”vivieron felices comiendo
perdices", tanto así que estoy pensando seriamente (aunque aún no me haya
llevado a la playa paradisiaca a la sombra de una palmera) en divorciarme
definitivamente de mi actual tabajo para casarme con mi gran amor, claro eso
no significa que haga a un lado a los affairs que me han dejado con
ganas de más, entonces viviré en una especie de poligamia por decir jaja.
A veces
pienso que tal vez todo esto no sea más que un amor ciego y desenfrenado en el que,
como en el comienzo de cualquier relación, solo esté viendo corazones y estrellas, viviendo en una realidad distorsionada de la que me desencante cuando descubra su verdadero yo, en ese caso al menos sabré que errores no cometer con
un nuevo amor que seguramente más tarde o temprano llegaría.
Dejando
el pesimismo de lado, ¡qué bonito sentir esta adrenalina por un emprendimiento
como nunca antes! ya sólo por esa sensación vale la pena. Si los
pájaros no se lanzaran al vacío para aprender a volar, nunca aprenderían por
más que vean muchas veces a otros volar.
Ya les iré actualizando sobre mi idilio amoroso.
Comentarios
Publicar un comentario